martes, 26 de diciembre de 2017

LOS INMERECIDOS PREMIOS NOBEL




La organización del Premio Nobel es una institución con fines loables, al menos así se lo propuso inicialmente, que a lo largo de los años ha incurrido sea por descuido, por falta de información y más que nada por razones arbitrarias, en serias irregularidades en la selección de los candidatos al Nobel. Más grave aún es, en el caso de las ciencias, otorgarle el galardón a uno o varios científicos en detrimento de otros que hicieron un aporte similar e incluso mayor sobre la misma investigación. No se descarta en estos casos el peso de las relaciones personales con los miembros del comité y las intensas operaciones de lobby, por ejemplo de Estados Unidos, que ejercen presión sobre un determinado candidato de ese país.

Cuando se trata del Nobel de la Paz la situación es diferente y se puede decir que posee un historial de injusticias flagrantes. A diferencia de las otras disciplinas donde queda inmerecidamente excluido un escritor o un científico, en el tema de la paz ocurre lo opuesto: quedan inmerecidamente incluidos personajes que estaban lejos de merecerlo.

Los inmerecidos Premios Nobel de la Paz
1945- Cordell Hull


Cordell Hull fue senador en el Parlamento de Estados Unidos y seguidamente Secretario de Estado del gobierno. Fue premiado con el Nobel por su activa participación en la creación de las Naciones Unidas, que se supone tiene entre sus principales objetivos, a través de su Consejo de Seguridad, el evitar los conflictos bélicos entre sus miembros.

Hasta aquí todo parece marchar correctamente, pero Hull durante su período como Secretario de Estado del presidente Franklin D. Roosevelt fue protagonista de la crisis del Saint Louis, un episodio que lo descalifica para el Nobel de la Paz.

El Saint Louis era una nave que partió de Hamburgo en el verano de 1939 con 950 refugiados judíos que escapaban de la persecución nazi. Inicialmente el presidente Roosevelt estaba dispuesto a recibirlos, pero se encontró con una fuerte oposición de Hull y de varios demócratas de los estados sureños que incluso llegaron a amenazarlo con retirarle el apoyo en las elecciones del año siguiente. La nave quedó a la espera en el Golfo de México cerca de las costas de Florida y después de tratativas con Cuba, que no dieron resultado, regresó a Europa. Los tripulantes judíos recibieron asilo en el Reino Unido y varios países del continente, pero cuando Hitler invadió Europa, muchos de ellos murieron en los campos de concentración nazis.

1973- Henry Kissinger

Este caso es paradigmático y en la actualidad está considerado por la opinión general como el error más garrafal realizado por el comité del Nobel.

A Kissinger se le otorgó el premio por gestar el Acuerdo de Paz de París para dar término a la guerra de Viet Nam.
Sin embargo, Kissinger está lejos de ser un pacifista, en el caso de Viet Nam, a Estados Unidos no le quedaba otra opción. El comité no se preocupó en analizar el comportamiento de Kissinger en América Latina, total es un continente distante de su sede en Oslo. No vio o no quiso ver que este sujeto responde a los intereses de la CIA y que a través del Plan Cóndor que organizó junto con el dictador Pinochet, se abocó a derrocar a todas las democracias legítimas reemplazándolas por golpes de estado sangrientos donde los fusilamientos, las torturas y las desapariciones estuvieron a la orden del día durante más de una década.

La decisión de otorgarle el Nobel provocó que dos miembros del comité renunciaran y que la jerarquía y calidad de este premio sufriera un retroceso del cual no se ha recuperado, por el contrario nuevas adjudicaciones inmerecidas lo mantienen en un estándar de valor muy bajo.

1979 Menachem Begin


Recibió el Nobel de la Paz junto con el presidente egipcio Anwar el Sadat por haber gestado el tratado de paz de Camp David.
Este mismo personaje intentó asesinar al canciller de Alemania Konrad Adenauer en 1952. El plan consistió en entregarle una enciclopedia que contenía una bomba. El paquete fue inspeccionado antes de llegar a destino y explotó causando la muerte de un experto en explosivos e hiriendo a dos colaboradores.
Durante su gobierno como primer ministro de Israel, Begin ejerció un nacionalismo agresivo que exacerbó el conflicto con los árabes: fomentó los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados, trasladó la capital de Israel a la disputada Jerusalén (1980), declaró la anexión de los altos del Golán arrebatados a Siria (1981), e invadió el Líbano para acabar con las bases de la resistencia palestina (1982).

2009 Barack Obama

El Nobel al entonces flamante presidente de los Estados Unidos, se justificó en “sus esfuerzos extraordinarios para intensificar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”. Se trata de una frase genérica que se pudo haber aplicado a decenas de políticos destacados en los siglos XX y XXI. No hay alusión a ningún hecho puntual en el que Obama haya solucionado o prevenido algún conflicto bélico. Por el contrario, durante su gestión se intensificaron las guerras en Medio Oriente, el presupuesto militar siguió altísimo, no supo o no pudo enfrentar al poderoso Club del Rifle y ni siquiera, pese a sus promesas, desmanteló la base militar de Guantánamo.

El propio Obama señaló que estaba sorprendido de recibir el premio y tuvo la franqueza de decir que no lo merecía, pero le faltó dignidad para rechazarlo. El fallo mereció que el The New York Times dijera que la dirección del periódico quedó atónita ante la nominación.

Para obtener un Premio Nobel de la Paz, un presidente de Estados Unidos tendría que controlar al Pentágono, a la industria de armamentos y eliminar al Club del Rifle. No se dio hasta ahora en la historia de ese país y menos con Obama.

2012 La Unión Europea

El argumento para otorgarle el Nobel a la Unión Europea fue que “por más de 6 décadas contribuyó al progreso de la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa”. Nuevamente frases vacías que se pueden aplicar a cualquiera. Varios laureados que previamente pasaron por el podio del Nobel sentenciaron que la Unión Europea claramente no es un campeón de la paz. La única explicación de esta decisión es que el comité en el momento de la votación lo hizo en una cena donde la bebida corrió en abundancia.

Además, en este caso, el comité del Nobel, ignoró una de las cláusulas establecidas por su fundador: el premio es para personas no para instituciones.

Creo que el Nobel de la Paz, como premio debería extinguirse, está demasiado desacreditado, casi prostituido, no solo por las escandalosas decisiones tomadas de alto contenido político sino también como los que quedaron excluidos como Mahatma Gandhi, Estela de Carlotto, Dag Hammarksjold, Patrice Lumumba y tantos otros.

Luke Harding. Menachem Begin plotted to kill German chancellor. The Guardian 15/06/2006.

Jak Phillips. Top ten Nobel Prize controversies. Time 07/10/2011.

Thomas Pole. Why has the Nobel Prize chairman been demoted? BBC NEWS, 05/03/2015.

domingo, 17 de diciembre de 2017

BONDADES DEL LIMÓN

En los siglos XVII y XVIII, la navegación había avanzado lo suficiente como para que los marinos se atrevieran a afrontar la inmensidad de los océanos, introducirse en lo desconocido y descubrir nuevos territorios para conquistar. Había comenzado la época de las grandes travesías, pero los barcos a vela tardaban semanas y meses para llegar a un destino determinado.

En esos viajes, los naufragios, los ataques de barcos piratas y las batallas náuticas se cobraban la vida de muchos marinos. Sin embargo, la causa más frecuente de mortalidad, la que hacía verdaderos estragos en la tripulación, era el escorbuto. La enfermedad era conocida desde tiempos remotos y el primer registro de los síntomas lo hizo Hipócrates, quien con su aguda observación, hizo una detallada descripción del cuadro clínico. En su tratado de medicina señalaba la aparición de sangrado de las encías, manchas en la piel, caída de los dientes, pérdida de fuerzas y finalmente la muerte por hemorragias internas.

Se dice que durante uno de los viajes de Colón, numerosos marineros adquirieron la enfermedad y varios de ellos pidieron ser abandonados en alguna isla porque preferían morir en tierra y no en el barco. El almirante les permitió descender en una de las islas que hoy se conocen como Antillas Holandesas. Los marineros se alimentaron de las frutas y plantas de la zona y pronto recobraron la salud. Cuando a su regreso, Colón los recogió, comprobó asombrado que estaban totalmente recuperados. La isla fue bautizada Curazao que en portugués significa curación.

En su segundo viaje al norte de América, el explorador francés Jacques Cartier, remontó en 1535 el río San Lorenzo y se vio obligado a pasar el invierno en el territorio que actualmente corresponde a la ciudad de Quebec. Varios marineros de la tripulación fallecieron de escorbuto hasta que los indios les suministraron una infusión de cedro blanco y el resto de los hombres se salvó.


                                     Jacques Cartier (1491-1557)

Muchos años después se comprobó que cada 100 gramos de la planta contenía 50 mg de vitamina C. Evidentemente la dieta de los nativos, tanto de América del Norte como de América del Sur, era mucho más completa y fisiológica que la de los europeos.

A fines del siglo XVI, el almirante inglés Richard Hawkins recomendaba beber jugo de limón y de naranja para prevenir el escorbuto. Otras voces también advirtieron sobre la necesidad de mejorar la dieta de las tripulaciones, pero ninguna de estas experiencias y recomendaciones fue tomada en cuenta probablemente debido a su escasa difusión. 

Mientras tanto, el escorbuto siguió cobrándose un alto número de muertes que oscilaba entre el 20 y el 40% de la tripulación, dependiendo de la longitud de la travesía. Los que quedaban vivos regresaban a sus hogares desdentados y hechos verdaderas piltrafas humanas. Se desconocía el origen de la enfermedad y nadie la atribuía a la pésima alimentación a bordo, carente de nutrientes, especialmente de frutas y de verduras. Los largos viajes iban reduciendo las reservas de vitamina C en el organismo hasta llegar a un punto crítico en que se desencadenaba el escorbuto.


                                        James Lind (1716-1794)

En 1739, James Lind se incorporó como cirujano en la marina inglesa realizando numerosos viajes. En uno de ellos llevó a cabo los experimentos cuyos resultados sentaron las pautas para la profilaxis y el tratamiento del escorbuto y también produjeron una revolución en la investigación médica. El 20 de mayo de 1747 recibió, a bordo de la nave Salisbury, 12 enfermos de escorbuto. Según su descripción: “todos tenían las encías podridas, manchas en la piel, lasitud y debilidad de las rodillas”. Los 12 recibieron una alimentación base similar, constituida por gachas endulzadas con azúcar, caldo de cordero, budines, galleta cocida con azúcar, cebada, arroz, pasas, harina y vino. Lind dividió esta población en 6 grupos, dos de estos enfermos recibieron diariamente, como aporte adicional, un cuarto de galón de sidra tres veces al día, otros dos tomaron 2 cucharadas de vinagre tres veces al día. Dos de los más graves recibieron media pinta de agua de mar. Otros 2 recibieron 2 naranjas y un limón por día. Dos más tomaron 25 gotas tres veces al día de elixir de vitriolo. Los dos enfermos restantes recibieron semilla de nuez moscada tres veces al día y una mezcla de ajo, semilla de mostaza, bálsamo del Perú y resina de mirra.

 Lind comprobó que los efectos más repentinos y visiblemente favorables se produjeron en los dos marineros que recibieron naranja y limón. Uno de ellos quedó lo suficientemente recuperado como para retomar las tareas a bordo. El otro tuvo una mejoría más lenta y fue designado enfermero de los demás.


En 1753 Lind publicó su obra Tratado sobre la naturaleza, las causas y la curación del escorbuto, donde recalcó que sus experimentos demostraban en forma contundente la eficacia de los jugos de cítricos para curar el escorbuto. Recién en 1789 la Marina Inglesa incorporó en forma rutinaria estos ingredientes en la dieta de a bordo.

A principios del siglo XIX, el escorbuto había dejado de ser un flagelo entre los hombres de mar. Sin saberlo Lind había establecido lo que se convertiría en la piedra angular de las investigaciones científicas: la medicina basada en la evidencia. Actualmente cuando se quiere probar la eficacia de un medicamento, se recurre indefectiblemente a esta metodología: un grupo de enfermos recibe el nuevo fármaco y al otro grupo se le administra un placebo. La única diferencia es la incorporación del sistema de doble ciego, o sea que tanto el paciente como el médico participante ignoran cuál es el placebo y cuál el medicamento.

Entre 1928 y 1933, los investigadores húngaros Joseph L Svirbely and Albert Szent-Györgyi, aislaron por primera vez la molécula a la cual denominaron factor antiescorbuto y que pronto pasó a llamarse ácido ascórbico. Por su descubrimiento Szent-Györgyi fue galardonado en 1937 con el Premio Nobel en medicina.


                                   Joseph Svirbely y Albert Szent- Györgyi

En 1934, el químico inglés Sir Walter Norman Haworth y en forma independiente, el químico polaco Tadeus Reichstein, lograron sintetizar el ácido ascórbico, lo cual permitió su producción masiva y económica y pasó a llamarse vitamina C. El laboratorio Hoffman-La Roche fue el primero en producirla bajo el nombre de Redoxon.

Jeremy Hugh Baron. Sailors’ scurvy before and after James Lind. Nutrition Reviews 67 (6): 315-332.
José Luis Santana Gómez. James Lind, vencedor del escorbuto. Revista Cubana de Medicina General Integral, julio-septiembre 1995.


domingo, 10 de diciembre de 2017

NEODICTADURA

El neoliberalismo trajo consigo un concepto nuevo que yo bauticé como neodictadura. Este título surgió porque, cuando me refería al gobierno de Macri, me decían: aún no es una dictadura porque están los tres poderes y subió por elecciones limpias. Quiero dejar constancia que alcanzar el poder a través de este método no necesariamente garantiza el desarrollo de una auténtica democracia. Respuesta simple para quienes revolean este argumento es que Hitler subió al gobierno mediante elecciones.

Pero volvamos al principio: “el neoliberalismo trajo consigo un concepto nuevo: la neodictadura”. Hasta casi finales de siglo XX, la ultraderecha tomó el poder mediante golpes militares, la mayoría de las veces en forma violenta y dejando un tendal de muertos y prisioneros. Pero resulta que los milicos son brutos y en muy poco tiempo cometen tantos dislates que tienen que llamar a elecciones y generalmente gana un partido de centro o de centro izquierda, que no responde a los intereses del establishment, constituido por los grandes empresarios y el mundo de las finanzas. En Argentina debemos agregar a los grandes terratenientes enquistados en la Sociedad Rural Argentina.

El gobierno de Alfonsín que ascendió después de los milicos apenas rozó los intereses del establishment. El daño que les causaba era mínimo, pero los poderosos se encontraban limitados de movimientos, ya no podían hacer lo que se le antojaba, y eso les molestaba. Siempre pretendieron un poder ilimitado y, como todo rico, son insaciables, además, saben que la teoría del derrame ya no se la cree nadie.

Las embajadas norteamericanas en los distintos países trasmitieron a la CIA las inquietudes del establishment, que dicho sea de paso son las mismas inquietudes del país del norte, y la agencia se abocó a estudiar un nuevo método. Así surgieron los golpes blandos que conducen a la neodictadura. Para ello tienen a su servicio a expertos en propaganda, sociólogos y filósofos políticos.

La neodictadura se divide en dos partes: la táctica, que es lo mismo que decir la metodología, y la estrategia, o sea los objetivos.

Quedó en claro que el método violento con fuerzas armadas moldeadas y manejables, ha quedado demodé. Los golpes blandos utilizan tres tácticas, una consiste en una crisis financiera, como la que le hicieron a Alfonsín, generando una inflación descontrolada, la segunda es un golpe institucional con apoyo de la justicia y del parlamento, como ocurrió con Lugo en Paraguay y Dilma en Brasil y la tercera, a través de las elecciones. Este último es el método ideal, porque tiene visos de legitimidad; también es más complejo y debe ser elaborado cuidadosamente.

Para lograr el triunfo mediante el voto popular la neodictadura, en este caso Macri, se apoyó en sus dos pilares principales: la propaganda y la mentira. Para la propaganda se necesita dinero y una técnica goebbeliana para generar mensajes adecuados. El dinero no fue problema, lo aportó el establishment generosamente, a cambio de poner en el futuro gabinete CEOS de las propias empresas y quitando la retención a las exportaciones de los terratenientes. 

Con el dinero en mano se organizó la propaganda que consta de dos partes: la primera, un ataque permanente y sostenido contra el principal partido opositor, al cual se lo acusó de corrupción, hasta generar en el imaginario colectivo el concepto de “se afanaron todo”. 

La otra parte de la propaganda estuvo enfocada a destacar las virtudes del candidato del establishment. Esto se manejó con slogan sencillos: “pensamos en vos”, “queremos una Argentina para todos”, protegeremos los logros obtenidos y los aumentaremos”, juntos podemos, etc. Estas tácticas no son novedosas y se encuentran en los postulados de Goebbels.

Uno de los slogans más utilizados fue “pobreza cero”, lo cual parece una estupidez soberana, ya que en el neoliberalismo es un objetivo imposible, pero resulta que a la gente incauta, que es mucha, le gustó. En primer lugar suena lindo, en el fondo de su alma el votante sabe que eso es inalcanzable, pero piensa: “si ese es su objetivo, aunque no lo logre, evidentemente hay una decisión del candidato en eliminar la pobreza”.

El segundo pilar es la mentira, de la cual el manifiesto de “pobreza cero” fue el primer gran embuste. La mentira fue esbozada sin ningún tipo de prurito o limitación y es importante expresarla con el mayor cinismo y a cara de piedra. En la campaña electoral hay que decir solo cosas buenas, plagadas de promesas optimistas y tentadoras, aunque después no se cumpla ninguna. Para entonces el nuevo gobierno le echará la culpa a la pesada herencia y a la necesidad de un sacrificio inicial en aras de lograr un futuro bienestar.


Para todo esto es imprescindible tener a los medios de su lado en forma prácticamente incondicional, a los cuales se les otorgarán las dádivas correspondientes una vez en el poder.

El nuevo presidente ya está encumbrado en el sillón de Rivadavia, pero tiene dos limitaciones para transformarse en una neodictadura: el poder judicial y el parlamento. Queda una tercera que son los dirigentes de la CGT, pero los principios morales y la conducta, no son el fuerte de los “gordos” y mediante amenazas sobre su pasado sucio y el empleo de sobornos, se los compra fácilmente. Aquí el  gobierno ha puesto en práctica una nueva herramienta que utilizará sin prurito alguno: la extorsión mafiosa.

En el poder judicial abundan los magistrados venales y de esta manera, los tribunales de Comodoro, o Inodoro Py, como lo llama Aliverti, pasaron a transformarse en una sucursal del gobierno. Varios de ellos participaron en cargos judiciales durante la dictadura. Por supuesto hay jueces que no quieren enlodar su imagen, ni siquiera con sobornos, entonces les inventan cargos inexistentes y se llevan a cabo extorsiones mafiosas, metodología que es utilizada a discreción y que incluye amenazas a los familiares, como es el caso de la hija de la Procuradora Alejandra Gils Carbó.

Las denuncias de presuntos delitos contra miembros del gobierno anterior son depositadas en jueces adictos, capaces de inventar los cargos más alucinantes como sucede con el emblemático Bonadío. Hay que señalar que esta conducta es un afán de venganza y revanchismo y que para encontrar un precedente semejante en la historia, tenemos que remontarnos al golpe militar del 55. Todo esto se acompaña de un despliegue mediático para que la población vea por los canales adictos cómo son sacados esposados de sus casas y rodeados de docenas de robocops, como si fueran peligrosos asesinos, DeVido, Boudou, Zanini, D’Elía, etc.

La única resistencia queda en el parlamento, que también es sometido a presiones y extorsiones mafiosas, además de hábiles maniobras contra una oposición a la defensiva permanente, aturdida y proclive a las divisiones, mientras que el gobierno es una estructura monolítica.

A esta altura ya tiene el control de casi la totalidad de los medios, después de haber eliminado a los periodistas más peligrosos, siempre mediante el recurso de extorsiones mafiosas a los dueños de las pocas radios y canales audiovisuales que se atreven a enfrentarlo.

Transformó a la gendarmería en un cuerpo de elit con elementos modernos para combates urbanos, porque sabe que un proyecto neoliberal, siguiendo las directivas del Fondo Monetario, con exclusión social, achicamiento del estado, destrucción de la industria y empobrecimiento social, no se logra sin represión y miedo.

El resultado son numerosos presos políticos, un desaparecido, un asesinado, un aumento brutal de la desocupación y la pobreza, la pérdida de las conquistas sociales y las garantías constitucionales y el enlodamiento de la ética y de los principios morales. Y esto es solo el principio.

Recientemente, se prohibió el ingreso al país de extranjeros, miembros de ONG contrarias al libre comercio y que vinieron a la Argentina a participar del foro internacional sobre ese tópico. Esto no se veía desde la época de plomo iniciada por Videla.

El festival de endeudamiento está llevando irremisiblemente a un estallido social. ¿Habrá que esperar a que esto ocurra, o lograremos unirnos y enfrentar el cáncer que nos está destruyendo? Hay que tener presente que a esta banda no le importa el país en absoluto, vinieron exclusivamente para enriquecerse porque son: LA NEODICTADURA.







domingo, 3 de diciembre de 2017

PEDRO Y CATALINA: UNA PAREJA ASIMÉTRICA


Cuando la joven princesa Catalina, de solo 15 años, fue presentada en Moscú a su futuro esposo Pedro, su corazón se llenó de desdicha. Su prometido no solo carecía de todo tipo de atractivo, sino que además tenía cierto aspecto de estúpido y pervertido, según el gusto de cada historiador, en cuanto a Catalina, registró en su diario: “tiene fisonomía de degenerado”.

No podía haber una unión de personajes tan disímiles: ella había recibido una educación extensa y minuciosa; además del alemán, su idioma natal, hablaba con fluidez el francés y pronto aprendió el ruso. Era una gran lectora y más tarde, admiradora de los escritores del Iluminismo francés.

No se podía decir lo mismo del adolescente de 16 años que tenía frente a ella. Huérfano de padres a temprana edad, Pedro fue educado por maestros de escaso nivel docente, de quienes recibió abundantes malos tratos y exigua enseñanza. Solo hablaba alemán y balbuceaba un poco de ruso, el idioma del país del que se suponía debería gobernar.



                      Pedro III de Rusia (1728-1762). Pintado por Fyodor Rokotov.

El matrimonio entre él y Catalina fue idea y decisión de su tía Isabel, hermana de su madre e hija de Pedro el Grande, que se transformó en la emperatriz de Rusia. Isabel mandó traer de Alemania a su sobrino y por vía diplomática sugirió a los padres de Catalina el deseo de casarla con Pedro. Por entonces Rusia ya era una potencia, y un deseo de la emperatriz era prácticamente una orden, desairarla significaba ganarse un enemigo poderoso. Además, para los padres de Catalina esta decisión fue bienvenida ya que el principado que gobernaban se encontraba en bancarrota.

           Catalina la Grande (1729-1796). Escuela de Giovanni Battista Lampi.

Durante los diez días de celebración de la boda con fiestas, banquetes interminables, bandas militares y salvas de cañones, Pedro no se acercó una sola vez al lecho de su flamante esposa, que de paso sea dicho era una mujer que por su belleza y su gracia podía despertar la pasión de cualquier hombre. 

Como era previsible, el matrimonio fue un desastre, Pedro regresaba al lecho sucio y borracho, y pronto sus ronquidos se volvían insoportables sin haber siquiera tocado a su esposa. Su relación con ella se limitaba a que compartiera su colección de soldados de madera, y Catalina, con profundo tedio, debía participar en juegos de batalla con su inmaduro esposo. Muchas veces él la obligaba a hacer guardia con un mosquete durante horas en la entrada del dormitorio.

Pronto Catalina detectó que Pedro también presentaba comportamientos de psicópata con fuerte carga de sadismo; le gustaban los juegos violentos en que hacía participar a los miembros de la corte, donde todos –menos él– recibían golpes de todo tipo. En una ocasión lo encontró en un rincón deleitándose en arrancarle una por una las plumas a un pájaro que tenía prisionero entre sus manos.

Tenía veleidades de llegar a ser un gran general conduciendo sus huestes a batallas triunfales y era despiadado con la guardia palaciega, a cuyos miembros castigaba severamente ante la menor falta en el uniforme o en los desfiles. Ese comportamiento con quienes eran su custodia, en el futuro lo pagaría muy caro.

Afortunadamente Pedro no reinaba, su tía, la emperatriz Isabel, seguía conduciendo los destinos de Rusia ante el despecho y el odio de su impotente sobrino. Mientras tanto, los años transcurrían y no había visos de un heredero, hasta que finalmente Catalina se embarazó. 

Es necesario señalar que Pedro tenía sus amantes, y por lo tanto Catalina poseía los suyos, aunque en forma mucho más subrepticia. Los académicos todavía discuten si el hijo que nació de las entrañas de Catalina era también de Pedro o de alguno de sus favoritos.

Cuando la emperatriz Isabel falleció en junio de 1761, Pedro ascendió al trono como Pedro III zar de Rusia. Pese a su obsesión por llevar adelante un buen gobierno, su incapacidad política y su limitada inteligencia lo condujeron –durante los seis meses que estuvo en el poder– a cometer todo tipo de errores. Para colmo, él no se sentía ruso, sino alemán, y su corte estaba rodeada de prusianos. Tampoco guardaba simpatía alguna por la Iglesia ortodoxa, porque pertenecía a la religión anglicana.

El zar hizo todos los esfuerzos posibles para generarse la antipatía del pueblo, de la Iglesia y del Ejército. Admiraba a Federico el Grande de Prusia y trató siempre de obtener su afecto con acciones que eran contrarias a los intereses de Rusia. Como resultado, ambas naciones firmaron un tratado de paz mediante el cual Pedro le devolvió a Prusia las tierras obtenidas durante la Guerra de los Siete Años.

 Se trataba de una decisión política inédita, con pocos antecedentes en la historia. Nadie regala territorios a su vecino y menos si fueron conquistados tras una guerra dura y prolongada. La Prusia del Este fue devuelta a Federico sin que éste otorgara indemnización o compensación alguna, salvo nombrar a Pedro general prusiano honorario, que lo colmó de alegría y de orgullo.

En el ínterin, Catalina trataba de distanciarse lo más posible de su esposo, mientras que mantenía una excelente relación con la oficialidad y con la Iglesia. Su belleza y sus modales la volvían más seductora, armas que la zarina utilizaba astutamente. Fácil es deducir que estaba preparando el terreno para apoderarse del trono cuando llegara el momento propicio. En realidad, la situación se había vuelto insostenible para la zarina, Pedro no perdía oportunidad para humillarla en público y hacia ostentación delante de ella con sus amantes.

La zarina contaba con su servicio de espionaje a cargo de su amante de turno, el oficial de artillería Grigory Orlov y sus hermanos, y había establecido lazos estrechos con la guardia imperial, que por entonces detestaba al zar. El 27 de junio de 1762, uno de los miembros del grupo fue súbitamente arrestado y el resto de los conspiradores decidió que había que entrar en acción inmediatamente. 

Esa misma noche, el sueño de Catalina fue bruscamente interrumpido por Orlov, quien ingresó en su recámara diciéndole: “Es hora de que te levantes, todo está listo para que seas proclamada”. La zarina relata en su diario que se vistió tan rápido como pudo sin hacerse arreglo alguno y subió al carruaje que le habían preparado. Orlov estaba sentado junto al cochero.

En San Petersburgo fue proclamada emperadora por la Guardia Real. Pasado el mediodía Pedro llegó al palacio y lo encontró vacío. Se dice que buscó a Catalina hasta debajo de su cama. Mientras la buscaba llegó un oficial que le informó que uno de los regimientos se había sublevado. Sus consejeros le sugirieron que se dirigiera a las barracas donde estaban los amotinados y los exhortara a deponer su actitud, pero Pedro adoptó la opción más débil y después de recorrer los jardines del palacio decidió sentarse a cenar, mientras despachaba a varios correos para que averiguaran lo que acontecía en San Petersburgo. En cuanto llegaron a la ciudad, todos esos hombres se plegaron a los rebeldes.

Finalmente, después de un fallido intento de fuga por mar, el zar se encerró en su palacio y pocas horas después se entregó a sus captores. Federico el Grande, a quien Pedro oportunamente había llenado de lisonjas y concesiones, señaló: “El zar dejó que lo destronaran como a un niño que lo mandan a la cama”.

Al día siguiente, Catalina, ya dueña de la situación, recibió una cascada de cartas de su esposo implorando clemencia y renunciando al trono a cambio de que le permitieran tener su violín, su perro y su amante Elizaveta Vorontsova. Catalina accedió a todo menos a Vorontsova. Una vez que Pedro firmó el acta de abdicación, quedó confinado en el palacio de caza en Ropsha, estrechamente vigilado por carceleros bajo el mando directo de Alexei Orlov.

Una semana después apareció misteriosamente muerto, y la mayoría de los historiadores concuerda en que Catalina fue la responsable de su muerte, pero era cuestión de quién tomaba la iniciativa primero, porque el futuro de la zarina, en el mejor de los casos, habría sido el confinamiento en alguna cárcel rusa o en un convento. Para bien de la nación Pedro III solo alcanzó a gobernar seis meses de sus 34 años de vida.

Es importante señalar que la biografía de Pedro III posee como una de las principales fuentes la agenda diaria de Catalina, quien detestaba a su esposo. Es probable que ella haya magnificado sus defectos y comportamientos tan extravagantes, por darles un término piadoso, pero los registros y las impresiones de los embajadores y visitantes extranjeros que conocieron los vericuetos de la corte coinciden en la deplorable imagen de Pedro.

Museo Hermitage en San Persburgo, obra de Catalina la Grande. Además de suvaliosa pinacoteca, posee una de las más grandes colecciones de obras de arte del mundo.

Por su parte, Catalina reinó hasta el día de su muerte, en 1796, o sea durante 34 años. Cuando se habla de ella, suele destacarse que era sexualmente insaciable y que por su lecho pasó una larga lista de amantes tanto efímeros como estables, pero también se supo rodear de las mentes más brillantes de Europa, especialmente los iluministas franceses, que solían visitarla y platicar con ella de igual a igual. 


            Catalina La Grande en una etapa avanzada de su reinado

Su reinado, uno de los más largos en la historia de Rusia, fue también uno de los más prósperos para el país ya que lo sacó del estupor medieval en que se hallaba para introducirlo en el mundo moderno. Para ello contó durante gran parte de su reinado con la asistencia de Gregori Potemkin, quien se desempeñó en forma brillante tanto como estadista como en el lecho de su amada Catalina.

                            Grigory Potemkin

Henry Troyat. Catherine the Great. E.P. Dutton, New York, 1980.
Vsevolod Nikolaev y Albert Parry. Los amores de Catalina la Grande. Javier Vergara Editor, Buenos Aires, 1985.


sábado, 25 de noviembre de 2017

EL MANCO DE CURUPAYTÍ



A las 8 de la mañana de ese 22 de septiembre de 1866, la flota imperial brasilera compuesta por 16 barcos entre acorazados y naves menores, inició desde el río Paraguay un intenso cañoneo sobre el fuerte de Curupaytí. La marina de Brasil debía realizar un bombardeo de desgaste sobre el objetivo, seguido del ataque por tierra del ejército argentino apoyado por fuerzas brasileras. La estrategia era tomar por asalto el bastión paraguayo. La táctica parecía relativamente simple, la práctica demostró la impericia y torpeza del general Bartolomé Mitre, comandante de las fuerzas de la Triple Alianza.

Vista del fuerte de Curupaytí según Cándido López. Barreras de plantas espinosas y fosos hacían imposible que las fuerzas argentinas pudieran atravesarlo, siendo fáciles blancos para los paraguayos.  

Mitre distaba de ser un estratega apto para el difícil cargo que había asumido. Incapaz de evaluar las condiciones del terreno y el desplazamiento de sus fuerzas en zona descampada al fuego de un enemigo oculto y parapetado, estaba dispuesto a lanzar varias columnas de asalto una vez que el almirante Tamandaré cesara el fuego de su flota.

Durante el bombardeo naval el comandante paraguayo hizo incendiar parvas de pasto seco que produjeron una densa cortina de humo e hicieron imposible a los artilleros de los barcos realizar un bombardeo de mayor precisión. Esto determinó que al mediodía cuando Tamandaré ordenó el cese del fuego, la fortaleza de Curupaytí permaneciera intacta.

Entonces llegó el momento del ataque terrestre y cuatro columnas con miles de soldados se dirigieron hacia el fuerte. Probablemente este ataque quede en los anales como el peor ejemplo entre las tácticas de guerra. El terreno estaba anegado y pantanoso debido a tres días previos de intensas lluvias, los soldados avanzaban lentamente hundiéndose en el barro, tropezando y en algunas partes con el agua cerca de la cintura. Pronto estuvieron a tiro de la artillería paraguaya que comenzó a diezmarlos, mientras que las avanzadas patriotas jamás alcanzaron a ver al enemigo parapetado y perfectamente camuflado.



Batalla de Curupaytí por Cándido López. Las fuerzas de la Triple Alianza fueron lanzadas a tomar el fuerte. Debieron atravesar un extenso espacio pantanoso bajo intenso fuego enemigo. Ningún soldado pudo alcanzar las defensas paraguayas. Museo Nacional de Bellas Artes.

Cándido López formaba parte de la tercera columna de asalto a Curupaytí, se había incorporado a las fuerzas de la Triple Alianza atraído por la proclama de falso triunfalismo y disparatada de Mitre: “En veinticuatro horas en los cuarteles. En tres semanas en la frontera. ¡En tres meses en Asunción!”. Pero la guerra duraría 5 largos años.

A López le habían otorgado el grado de teniente segundo, pero él, como otros miles que se enrolaron, no era militar, amaba el arte y se había dedicado a la pintura y trabajaba como retratista. Era el único soldado que llevaba en su mochila elementos para dibujar, porque se había propuesto recrear las escenas de la guerra.

Es probable que mientras avanzaba penosamente a través de los pantanos y bajo fuego enemigo, estaría maldiciendo el momento en que se incorporó a las filas. Súbitamente sintió un terrible dolor en la mano derecha y al mirarla comprobó que una esquirla de cañón se la había destrozado. Se sentó al pie de un tronco y con un pañuelo comenzó a vendarse la herida. De regreso al campamento aliado los cirujanos le amputaron la mano antes de que se gangrenara.

Al anochecer, cuando terminó el enfrentamiento, en el escenario quedaron los cuerpos de cuatro mil soldados argentinos y brasileros, mientras que del lado paraguayo hubo solo 90 bajas. La batalla de Curupaytí fue el peor desastre que sufrió la Triple Alianza y Mitre tomó la sabia decisión de delegar el mando y retirarse a Buenos Aires, donde se dedicó a lo que mejor sabía hacer: las intrigas y enredos políticos. La Nación, su diario, se encargó de ocultar para las generaciones venideras aquella derrota. Por el contrario ensalzó la figura de Mitre que logró derrotar al tirano paraguayo Francisco Solano López.

Una vez que el muñón cicatrizó, proceso que le llevó semanas de angustia y dolor, Cándido López comenzó a ejercitar su mano izquierda. Se había determinado que la pérdida de la otra, no iba a impedirle proseguir con su mayor placer: la pintura. También se había propuesto recrear los escenarios de las batallas, los campamentos, el cruce de los ríos por la tropa y cuanto detalle había quedado fijado en su prodigiosa memoria.

                           Cándido López (1840-1902). Autorretrato

Con tesón y perseverancia adiestró la mano hasta que logró la misma habilidad que había tenido con la derecha y su primer cuadro bien elaborado fue “Rancho en que vivía el Dr. Lucio del Castillo en el campamento de Tuyutí”. Se lo obsequió a su médico y actualmente se encuentra en el Museo Enrique Udaondo de Luján.

En 1872 se casó con Emilia Magallanes con quien tuvo doce hijos y para mantener a esta extensa prole trabajó como puestero en las distintas estancias de la familia de su esposa en San Antonio de Areco y Baradero. 

En 1885 decidió exhibir sus 29 óleos de la guerra del Paraguay y allí, la comisión de arte designada para evaluar su obra dictaminó que: “…además de sus buenas condiciones artísticas tienen un elevado e indisputable valor histórico”.

A partir de entonces, Cándido López inició una larga y fatigosa gestión para que el Estado argentino le comprara sus obras. Hasta que el 22 de septiembre de 1887 se autorizó al Poder Ejecutivo a pagar la suma de once mil pesos por la adquisición de los veintinueve óleos.

Sus pinturas han sido consultadas por historiadores, escuelas de guerra y analistas del conflicto de la Triple Alianza, debido a que tienen valor documental y sus títulos mencionan las fechas de los acontecimientos. En sus obras predomina la visión aérea a fin de obtener una mayor profundidad de la perspectiva. Volcó en los lienzos todo lo que vio, sin que nada escapara al campo visual de sus observaciones, reconstruyendo los hechos hasta en los detalles más insignificantes. Los momentos de las batallas, los desembarcos y los desplazamientos terrestres de los soldados, están desplegados en formatos horizontales en una proporción de uno a tres que permite abarcar varios escenarios.

Cada vez que tengo oportunidad de visitar el Museo Nacional de Bellas Artes, ingreso siempre en la sala donde, desde 1968, fueron incorporados como exhibición estable los cuadros de la guerra de Cándido López. Siempre encuentro detalles nuevos y cuando miro los pequeños lienzos, cierro los ojos, me traslado en el tiempo y me introduzco en aquellas escenas

Se dice que el verdadero artista es aquel que logra mantener intacta la emoción original, para revivirla después, cualquiera sea el lapso que la distancia temporal tenga, y recrearla con la misma intensidad. Cándido López era uno de esos.

Helena Menini. Cuando la historia se convierte en arte. Cándido López. Fratelli Menini Art. 20/01/2011.
Cándido Lopez y Curupayty

Relato de CL sobre la batalla
María Luque La mano del pintor.

Candido Lopez biografía

Detalles de la técnica

Batalla de Curupayty