jueves, 23 de mayo de 2013

LA BANCA MORGAN Y EL ARREPENTIDO ARBIZU



John Pierpont Morgan
                           John Pierpont Morgan (1837-1913)

El JP Morgan es, junto con los bancos UBS y Goldman Sachs, una de las entidades que manejan grandes sumas de dinero y especulan con esos fondos, lo que les generó en la historia diversos escándalos de corrupción. En 1885, John Pierpont, multimillonario estadounidense, se decidió a fundar un banco de inversiones y así nació el JP Morgan, que se fusionó en el 2000 con el Chase Manhattan Corporation y empezó a llamarse JP Morgan Chase. Con sede central en Nueva York, maneja activos por más de 1,5 billones de dólares. En Argentina posee oficinas, en la calle Bouchard, donde trabajan más de 110 empleados. 

                           La sede central en Nueva York 

En medio de la crisis internacional y de los Estados Unidos, el Morgan compró el banco Bearn Sterns, otra entidad especulativa quebrada luego de la debacle de las hipotecas. El Morgan maneja ingentes sumas de dinero en numerosos países y en paraísos fiscales facilitando negocios legales y de los otros. Por citar un caso, hace unos años dos clientes del ex financista Bernard Madoff –preso con una condena por 150 años por estafa– demandaron al Morgan por haber sido cómplice de ese millonario fraude. Días después, fue el propio Madoff quien reconoció que el banco conocía su estafa y lo ocultó. 

El 14 de marzo de este año, el Senado de Estados Unidos concluyó que JP Morgan Chase intentó esquivar a los reguladores, mintió a los inversores y trató de ocultar las pérdidas desencadenadas por apuestas excesivamente arriesgadas por un corredor de Bolsa en Londres.

El arrepentido Hernán Arbizu


                                     Hernán Arbizu
 
A mediados del año 2006, Hernán Arbizu abandonó su actividad en la sección de JP Morgan dedicada a recolocar dinero de inversionistas. En 2008, quizás agobiado por su propia conducta, se autoincriminó ante la justicia nacional por haber fugado y lavado dinero de 469 grandes empresas y personas físicas de la Argentina. Presentó nombres, números de cuenta y montos en dinero de grandes corporaciones como el Grupo Clarín y sus directores, los dueños de Edenor, Ledesma, el Grupo Constantini y Bunge.

Se trataba de peces muy gordos y como sucede en estas situaciones, la causa quedó encajonada durante casi 5 años a pesar de la existencia de un material testimonial único para un caso de lavado de dinero en todo el mundo. 

Un documento al que tuvo acceso Tiempo Argentino, y que es parte del expediente de la causa, muestra que el 29 de abril de 2009, un año después de la auto denuncia de Arbizu, Estados Unidos presionó fuerte y en forma directa al magistrado Torres para tener acceso a información del caso, evadiendo todos los protocolos y acuerdos internacionales de cooperación entre Washington y la Argentina, y yendo directamente a operar sobre el juez. El escrito dirigido a Torres por la Embajada de los Estados Unidos en la Argentina, estaba firmado por la agregada jurídica del Federal Bureau of Investigation (FBI). El documento fue directamente al despacho del juez sin ingresar por mesa de entradas en el Juzgado Nacional en los Criminal y Correccional Federal Nº 12.

Fuentes de la investigación deducen que se hizo con el objetivo de lograr extraditar a Arbizu para juzgarlo en los Estados Unidos, parando la causa en la Argentina y de esa manera callar al ex banquero para que deje de verter en los medios de comunicación información que perjudica directamente a JP Morgan, investigado en todo el mundo por especular con activos financieros. 

La doble vara del fiscal Marijuan


                                   Guillermo Marijuan

El fiscal de la causa es Guillermo Marijuan, el mismo que inició con rapidez inusitada, para lo que es el ritmo de la justicia argentina, pesquisas de oficio en la causa Báez, que según los diarios La Nación y Clarín salpicaría al gobierno. En contraposición a este inusitado celo laboral y activa diligencia, Marijuan, tiene parado desde hace 4 años la denuncia de Arbizu por lavado de dinero que involucra montos infinitamente superiores al de la causa Báez. Esto determinó la intervención de la Unidad de Información Financiera (UIF) para actuar como querellante. Desde entonces, Clarín y La Nación que tienen, la conciencia sucia, atacan persistentemente al titular de la UIF José Sbatella, porque según él, estos medios junto con Perfil tienen depósitos en paraísos fiscales. Clarín triangula operaciones entrando dinero por Delaware a sus empresas locales. Esta situación se agrava e involucra también al diario La Nación por el tema de los fondos mal habidos de delitos de lesa humanidad, que es el caso de Papel Prensa donde tienen una situación compleja, y ninguno imaginó que serían acusados de cómplices de lavado de dinero derivado del terrorismo de Estado.

Arbizu es sin dudas, un reo, él se reconoce como tal ante cualquier tribunal, y debe ser juzgado con la misma vara que el resto de aquellos que fueron por él incriminados. Ahora bien, el proceso de extradición del ex Morgan responde a intereses políticos y económicos de peso. 

Cuando Arbizu llegó a la Argentina en 2008, en plena explosión de la crisis de las hipotecas subprime, él ya sabía de ese estallido hacía por lo menos dos años. En 2007, el Morgan le había bajado línea para que busque clientes en la región sudamericana, aprovechando los efectos de la crisis. Es decir, Arbizu –como el resto de sus compañeros del banco, incluido el hoy diputado Alfonso Prat Gay– conocía la quiebra de Bearn Sterns y Lehman Brothers antes de que ocurrieran y no lo develaron. 

En pocas palabras, Arbizu sabía cómo especulaba con dinero ajeno esa entidad, que ahora lo cerca para que no devele semejante estructura operativa. Y a la par están las 469 empresas y personas de la Argentina, entre ellas Clarín, Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, José Aranda, el agro nacional y los ricos dueños de countries y negocios inmobiliarios, que apuestan al congelamiento de una megacausa que, de prosperar, será un hito en la lucha contra el lavado y la evasión en toda la región.
Fuentes

·         Senado de EE.UU. asegura que JPMorgan intentó ocultar sus pérdidas en Londres. Washington, 14 mar 2013 (EFE) http://cl.noticias.yahoo.com/senado-ee-uu-asegura-jpmorgan-intent%C3%B3-ocultar-p%C3%A9rdidas-003000151.html

  • Gustavo Cirelli. La matriz de la fuga de divisas que organizó la JP Morgan en el país. Tiempo Argentino. 12/05/2013.
  • Leandro Renou, Ignacio Chausis. El FBI presionó para frenar la causa por lavado de dinero contra Clarín. Tiempo Argentino 19,05,2013

2 comentarios:

  1. Cuando yo era joven adolescente, Juan Arbizu era un cantante melódico, al uso de la época, cuyas canciones estaban llenas de mieles amorosas y románticas. Hoy, otro Arbizu, decide cantar, pero sus letras ya no son aquéllas y, por el contrario, están llenas de suciedad, son nauseabundas, si bien encuadran en el más puro género “verista”.
    En una relación de nombres similar a la anterior, encontramos que el más famoso de los piratas que asolaron los mares de su época, fue el legendario Morgan. Hoy, ese nombre corresponde a una de las instituciones financieras más importantes del mundo, vinculada desde siempre a la “verista” piratería financiera internacional.

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  2. El pirata Morgan,como el célebre Alí Babá, no actuaba solo. También disponía de sus cuarenta ladrones. La banca Morgan ha superado la marca y, solamente en Argentina, tiene 460 compinches. Eso sí, de alta calidad.
    Los dos diarios de mayor “prestigio” del país, formadores de opinión, cuidadosos defensores de la moral pública y de las libertades ciudadanas, están entre ellos.
    La Justicia, por su parte, mantiene prolijamente encajonada la causa que originó el cantar de Arbizu. Señalar esa arbitrariedad, esa negación de Justicia, será para esos medios, un ataque a la independencia de los jueces y un avance totalitario sobre un poder del Estado.
    En este sembradío particular, el canto de Arbizu ha puesto paja en la cola de 460 interesados, que temen el incendio que debería provocar la Justicia y con el cual quedaría desnuda su hipocresía. De allí todas las campañas, todos los esfuerzos, por evitar que el fuego se encienda.

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