lunes, 13 de junio de 2011

IMPÚDICO MANOSEO DE LOS INOCENTES

La campaña electoral de Macri se caracteriza por la anemia de propuestas, promesas de hacer lo que no cumplió durante los 4 años de su mandato, sueltas de globos amarillos y ridículos saltitos de baile de Mauricio.
A todo este cotillón se le agregó como aderezo la distribución de panfletos que tergiversan los beneficios que reciben los docentes y que mereció una denuncia judicial por faltar a la verdad.
El Hogar de Ancianos San Martín es uno de los tantos establecimientos que Macri abandonó a su suerte, no obstante lo cual, la campaña electoral del jefe de la ciudad se dedicó a desvirtuar esta realidad y lanzó un spot televisivo con el descarado nombre de “Historias para creer”
El spot comienza diciendo “Esta es la historia de Pedro Morales y quién mejor la puede contar es Pedro”, pero Pedro, que es un depresivo, no es el que hace el relato sino una voz en off que relata la "maravillosa" atención que recibió en el Hogar San Martín.


Finalmente, con el característico estilo farandulero de Macri, Pedro termina patéticamente disfrazado de murguero, todo de amarillo como corresponde, tratando infructuosamente de poner cara alegre. El spot transformó a Tinelli en un simple aprendiz.



Cuando Pedro regresó al hogar de ancianos, los demás internados le enrostraron su actitud, señalándole que Macri no había hecho nada por ellos mientras que él estaba mostrando un relato mentiroso. Pedro, profundamente afectado y tomando conciencia de cómo había sido manipulado hizo un intento de suicidio y terminó en el Hospital Tornú.
Este relato parece anecdótico y alguno se preguntará si ameritaba ponerlo en este blog. Yo pienso que sí porque se humilló y engañó a un anciano solitario, haciéndole pasar un papel ridículo y denigrante, especialmente ante sus compañeros internados quienes de aquí en más le harán el vacío agravando su estado depresivo.
Además, el episodio pudo haber terminado en tragedia si Pedro lograba plasmar su intención suicida.
El otro aspecto es la metodología rastrera que utiliza el PRO para su campaña, recurriendo a la mentira y al uso y abuso de las personas.
Finalmente, y no menos importante la otra razón de publicar este relato es que el monopolio mediático que protege a Macri en una burbuja de cristal, no mencionó este episodio. Ver artículo completo aquí 
La decisión de Macri de poner al impresentable rabino Bergman como primera figura de la legislatura, preocupó al monopolio mediático, porque este engendro estrafalario es un piantavotos. Para mejorar la imagen del rabino, el diario La Nación lo presentó como un discípulo del prestigioso rabino norteamericano Marshall Meyer, activo defensor de los derechos humanos.
Fue una mentira que la propia viuda de Meyer se encargó de señalar en esta rotunda nota dirigida al diario de los Mitre, que no tuvo más remedio que publicarla:

Bergman y Meyer Señor Director:
"Su diario ha presentado al rabino Sergio Bergman como discípulo de mi difunto esposo, el rabino Marshall Meyer. Nada más alejado de la verdad.
"Le puedo asegurar que los actos y posiciones políticas del rabino Bergman están en las antípodas del pensamiento de Marshall Meyer. A mi esposo le daría vergüenza saber que un rabino argentino como Bergman propuso cambiar la palabra libertad por seguridad en el himno argentino.
"Tampoco hubiese aceptado compartir un estrado con Juan Carlos Blumberg mientras anuncia su intención de coartar las libertades individuales. Quienes conocimos a Marshall sabemos que como parte de su fe religiosa estuvo en la Plaza de Mayo junto con las Madres durante la dictadura y visitó las cárceles donde recluyeron a Jacobo Timerman y a tantos prisioneros políticos.
"Le ruego que deje de utilizar la figura de mi esposo sin conocer ni su obra ni a sus verdaderos discípulos." Naomi Meyer
209 West 86 St.
New York, EE.UU.
Publicada en Cartas de lectores de La Nación el 7/6/2011

1 comentario:

  1. Estimado Mordaz: la "noche de los bastones largos" se produjo en 1966. Saque la cuenta y advertirá que no han pasado 51 años, sino 45.
    Atte.
    N.D.

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