martes, 14 de diciembre de 2010

Las izquierdas



¿Qué le pasó a Pino Solanas que perdió la coherencia de su línea ideológica? ¿Por qué se alinea con la derecha, e incluso a veces con la ultraderecha en algunos proyectos enfrentados con el gobierno, cuando a la izquierda de éste está la pared?
Son interrogantes y expresiones de asombro que se suelen escuchar tanto de parte de periodistas como de la gente común. Recordemos que Pino asistió al programa de Mariano Grondona que es el metro patrón del neoliberalismo con componente antidemocrático. En esa ocasión, los comentarios de Pino produjeron una amplia sonrisa de satisfacción en Mariano quién manifestó: “Ahora me siento más cerca de Pino”. Lapidario para la futura biografía del cineasta.
Si analizamos la trayectoria histórica de las izquierdas veremos que Pino es totalmente coherente. Es totalmente coherente con la incoherencia tradicional de la izquierda.


Los ejemplos abundan, tomemos el caso de la muy respetable Alicia Moreau de Justo, médica y política aguerrida, paladín de la lucha por los derechos de las mujeres y abanderada del feminismo que peleó durante décadas sin éxito por el voto de la mujer.







El 9 de septiembre de 1947, gracias al esfuerzo de Eva Perón se logró sancionar la ley 13.010 que establecía: "Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos".


Eva Perón anuncia el voto femenino














El arco político femenino, con Alicia Moreau de Justo a la cabeza, repudió la ley por la que tanto habían luchado. ¿Despecho porque una advenediza les arrebató las banderas? Cualquiera sea la razón, no estuvieron a la altura de las circunstancias. Dejando de lado pasadas antinomias, la presidenta Cristina, conocedora y respetuosa del valor de Alicia Moreau de Justo, la incluyó en la sala de las grandes mujeres argentinas que inauguró al principio de su gestión.
Volvamos un poquito atrás a las elecciones de 1945 donde el partido comunista y los socialistas se aliaron con lo más rancio de la oligarquía terrateniente bajo el nombre de Unión Democrática encabezada por los ignotos Tamborini y Mosca. Sostenían que Perón era fascista y no estaban muy equivocados, pero apoyaron un movimiento que de triunfar continuaría la política agroganadera y latifundista a ultranza y entregada a Estados Unidos, el peor enemigo de la entonces Unión Soviética. El país del norte se metió de lleno en la política de la Argentina y en forma descarada y prepotente, su embajador Spruille Braden, hizo lobby sin tapujo alguno entrometiéndose en las elecciones del 45. Al fin y al cabo ¿no somos el patio trasero de Estados Unidos? La efímera Unión Democrática se disolvió a poco de terminadas las elecciones. No los había unido el amor sino el espanto.




Spruille Braden













Sin embargo el peor error de la izquierda no ocurrió en nuestro país, se produjo en Alemania y las consecuencias fueron devastadoras para el mundo. Bajo la república de Weimar, en las elecciones de 1933, las fuerzas de izquierda no supieron unirse enfrentadas por conflictos mezquinos y permitieron el ascenso de Hitler al poder.
Por lo tanto, Pino es coherente al mantener la línea histórica de incoherencia que caracteriza a la izquierda.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con la incoherencia de las izquierdas. Sin ir demasiado lejos, tanto el PI de Alende como el partido de Zamora, se aliaron al peronismo que había prometido la aceptación de la autoamnistía militar, para impedir cualquier límite a la investigación judicial, lo que derivó en Monte Caseros y Villa Martelli y en las leyes de Obediencia debida y Punto Final.
    Pasa que cuanto más lejos se está del poder, más sencillo resulta exigir lo imposible.
    No estoy de acuerdo con el juicio sobre Moreau de Justo. La postura crítica de ella no lo fue por el contenido de la ley, sino porque, como acostumbra a hacer el peronismo, antes ni después de él, hubonada. Todo el mérito de la sanción de la ley se le atribuyó a la fuerza de voluntad de Evita, que si bien la tenía, no le resultó difícil hacer aprobar un proyecto contando con la mayoría absoluta en las dos Cámaras y, además, por si hubiera sido necesario, unas mayorías genuflexas.
    La lucha de Moreau lo fue contra las Cámaras conservadoras, las mismas que bloquearon cantidad de proyectos durante los gobiernos de Yrigoyen, y contra una sociedad, altamente influenciada por la Iglesia, que consideraba a la política como un ámbito negativo para la actividad de la mujer.
    Ignorar esa lucha era negar una parte de la historia política argentina, reforzando la tendencia al culto de la personalidad al negar todo lo que pudiera difuminar un poco las políticas del gobierno.
    JC

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  2. Muy lejos de poder expresarme como JC, rescato la mención más clara del Teorema de Baglini, de que cuanto más lejos se está del poder, más sencillo resulta exigir lo imposible.
    MB

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